Muy a menudo, lo que nos impulsa a hacer un cambio es algo que sucede, no siempre agradable, o una mentalidad equilibrada que reconoce que, así como nuestro bienestar mental es necesario para nuestra serenidad, también lo es nuestra alimentación. Llegar al punto en el que tenemos que empezar de cero, acostumbrarnos y adquirir los conocimientos necesarios para alimentarnos adecuadamente implica sacrificios, pero ¿hasta dónde tenemos que trabajar duro para conseguir lo que queremos? Creo firmemente que usted sabe la respuesta porque, obviamente, nada hecho superficialmente nos lleva a resultados reales. Entonces, ¿qué es importante hacer para aceptar el cambio y hacerlo más fácil? Seguro que te ha pasado muchas veces tener que hacer numerosos intentos para poder hacer algo de forma impecable, hasta conseguir lo que querías. Aquí te sorprendo porque lo que se necesita es una mente abierta y lista para recibir lo que ya se ha descubierto para ti, y es lo único necesario. ¿A qué me refiero? Simplemente quiero decir que es importante, junto con el nutricionista, explorar a fondo tu nutrición y lo que debes comer para ser más feliz, como se discutió en el capítulo anterior.
No quiere decir que, si tu dieta hasta ahora se ha basado en pizza y hamburguesas, ahora te alimentes solo de esas; eso no es a lo que me refiero. Pero, al explorar en profundidad, descubrirás qué alimentos te gustan y cuáles no, centrándote así en lo que te hace sentir bien en términos de comida. Definitivamente querrás alimentarte con esa base. ¿Claro?
Entonces, ¿cuáles son los sacrificios que tendrás que hacer para alcanzar tu peso y bienestar físico ideales? Esa es una gran pregunta, y la respuesta podría sorprenderte. La clave para lograr tu objetivo no radica necesariamente en sacrificios drásticos o restricciones extremas. En realidad, el secreto está en seguir los consejos dietéticos que se basan en lo que te gusta y en lo que es bueno para tu cuerpo.
Esto significa que no tienes que renunciar por completo a tus comidas favoritas ni obligarte a seguir una dieta monótona. Más bien, es una cuestión de equilibrio y conciencia. Descubrirás qué alimentos te gustan y que te hacen sentir bien, y poco a poco los incorporarás a tu dieta diaria.
El siguiente paso es la perseverancia. No tienes que rendirte ante la primera dificultad ni ceder a tentaciones ocasionales. Tendrás que trabajar constantemente para transformar estas elecciones de alimentos en hábitos reales. A medida que la alimentación saludable se convierte en una parte integral de su estilo de vida, descubrirá que se vuelve cada vez más natural y gratificante.
¿Puedes hacerlo? ¡Absolutamente! Puedes lograr cualquier meta que te propongas en la vida. A veces, puede llevar un poco más de tiempo o esfuerzo, pero es importante recordar que cada pequeño paso adelante te acerca cada vez más a tu objetivo. Por lo tanto, ten paciencia contigo mismo y sigue trabajando para lograr tu bienestar físico y tu peso ideal. Definitivamente valdrá la pena.
Sígueme en los próximos blogs.
Gracias
El escritor
Serenella Pintus